viernes, 20 de febrero de 2015

EVAN WILLIAMS

En la ciudad de Louisville, Kentucky, se constituyó como la primera destilería de Estados Unidos, creada en 1783, y produce uno de los whiskeys bourbon americanos más difundidos.
Evan Williams nació en Virginia pero de joven buscó fortuna en Kentucky.  Fue granjero, contratista de construcción, capitán de puerto, inventor y hasta líder civil. Para los que lo conocieron era todo un líder natural.
Como cultivador de maíz nació su espíritu empresarial y de genio oportunista, encontrando una utilidad a su sobre producción de maíz convirtiéndola en whiskey.  También se sabe que utilizaba su producto en toda discusión de negocios y hasta se llevaba una botella llena del mismo a los mítines políticos, que siempre terminaba vacía después de haber sido degustado por todos los presentes.  Murió en 1810 siendo hoy reconocido como el primer destilador de Kentucky.
Hoy en día los encargados de la destilación son los maestros Parker y Craig Beam, padre e hijo, quienes son séptimo y último eslabón de una larga tradición familiar en la actividad.  Mantienen en secreto un proceso para el tratamiento de la levadura el que utilizan hasta hoy y el que le da al producto su sabor distintivo.  Como lo expresa Craig: “Esto es algo que no se aprende en la escuela.  Es sólo a partir de años de estar rodeado del proceso, que se mete en tu sangre hasta convertirse en un sexto sentido…”

Desde el mismo año de su creación utiliza el mismo formato de botella, que es cuadrada para facilitar su transporte por montañas y terrenos rocosos de aquella zona.  En casi cualquier vieja película sobre el oeste americano aparece esta botella cuando alguien le pide whiskey al cantinero, para tomarlo, o hasta para partírselo en la cabeza a algún parroquiano molesto.  Es tan famoso el envase, que hasta la marca Jack Daniel’s imitó su diseño en su fundación en 1866.
Este bourbon es del tipo “Sour Mash” (pasta agria) bien distintivo, que utiliza el residuo de la destilación en un proceso concatenado.  Es una bebida fuerte, de 7 años de maduración, con 43% de graduación, mucho cuerpo y sabor al ahumado de los barriles.  Para su mejor degustación se recomienda servirlo en vaso de boca ancha y con poco hielo, dejándolo unos 10 segundos reposar.

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