Imaginad que, a fecha de hoy, queréis sacar una nueva ginebra a la venta. Siguiendo la estela de las últimas apariciones en el mercado, probablemente buscaríais: un botánico, cuanto menos exótico y porqué no extravagante; un origen cautivador que refleje la idea de alguien que dejó todo por una ilusión y una imagen que destaque entre el mar de marcas que invaden las estanterías. Además de esto, se presupone que sería una ginebra de calidad, que se convertiría rápidamente en la nueva insignia de las noches con más glamour.
Supongo que cuando te acercas al mundo de las ginebras, y lees los orígenes de las mismas, te sucede como cuando eres joven y, tras varias noches de fiesta, piensas con los amigos: "tendríamos que montar un bar". Se te ocurren mil ideas que harían tu local el más divertido (probablemente para ti y tus amigos), el más popular y seguramente el menos rentable. Con el tiempo abandonas la idea y te resignas a criticar y exigir lo que para ti habría sido tu local perfecto.
Sin embargo, de todos los que renuncian a esa idea, siempre queda alguien que sencillamente la aparca, duerme con ella, y un día al despertarse, decide que tiene que llevarla a cabo. Unos fracasarán en el intento, pero les quedará la satisfacción de haberlo intentado. Otros, afortunados, conseguirán levantarse a partir de ese día realizando aquella ilusión que siempre tuvieron.
Este podría ser el resumen del origen la ginebra Bulldog. Nacida en 2006 con la idea de entrar por los ojos y destacar entre su competidores con una imagen radical. Acompañarse de una excelente combinación de ingredientes y, porque no todo lo bueno tiene que ser exclusivo, ofrecer un excelente precio que permita disfrutar de la misma a todo aquel que lo desee.
Veamos más a fondo las características de esta estupenda ginebra, cuya calidad interior convierte su aspecto exterior en algo anecdótico.
Según detalla The Wall Street Journal, en el año 2000 Anshuman Vohra entraba a trabajar como analista en una de las empresas de servicios financieros mas prestigiosas del mundo; J.P. Morgan Chase. Con una vida estudiantil enfocada al sector financiero, parecía que había alcanzado la cumbre en cuanto a sus objetivos. Tras un corto periodo de tiempo -menos de tres años- en la industria financiera había conseguido llegar a ser vicepresidente de Carl Marks, donde se ocupaba de fusiones y adquisiciones de alto perfil. Sin embargo, según sus propias palabras: "Sabía que si continuaba con mi trayectoria profesional tendría una vida agradable, pero me di cuenta que una parte de mi estaría siempre insatisfecha".
Así, a finales del 2003, con 30 años, planteó a un amigo banquero su idea de lanzar al mercado una ginebra premium. Basándose en el éxito y renacimiento de otros destilados como el vodka, buscaba relanzar la imagen de la ginebra tomando como referencia marcas con un reconocido prestigio y diseño, como Absolut y Skyy.
Durante tres años se dedicó a buscar la financiación necesaria y al análisis del, en ese momento, incipiente mercado de las ginebras premium. Finalmente, en el año 2006 presenta en sociedad la ginebra Bulldog. Nombre agresivo (derivado del horóscopo chino que ese 2006 era el año del perro) e imagen impactante, ingredientes exóticos y una mezcla perfecta de los mismos. Había surgido un producto con todos los elementos necesarios para ser un éxito. En poco tiempo, su proyección internacional se disparó; una imagen moderna para un destilado clásico, un precio ajustado y un mercado cada vez más ansioso de novedades, la situó como una referencia inconfundible en el sector premium.
Destilada cuatro veces, triplemente filtrada, e infusionada con los sabores y aromas de doce botánicos cuidadosamente seleccionados. Ginebra moderna, pero elaborada con los métodos más artesanales; destilada en alambiques de cobre con un esmerado proceso que cuida hasta el más mínimo detalle. Una ginebra nueva que reivindica la posibilidad de elaborar una auténtica London Gin sin tener que marcar en la botella un siglo ancestral.
Galardonada con la más alta puntuación jamás conseguida por una ginebra en la revista Wine Enthusiast Magazine (y seleccionada en la misma dentro del Top 50 de espirituosos recomendados). Como vemos, estamos ante una gran ginebra, perfecta para combinar e incluso en pequeña cantidad para tomar sola con una simple rodaja de lima. Siguiendo el símil de su nombre, en este caso no se cumple el tradicional "perro ladrador poco mordedor".
Ingredientes:
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Como no basta con dar una imagen diferente, Bulldog ofrece una larga lista de doce botánicos en su composición, entre los que destaca por encima de todos, por lo inusual, el ojo de dragón; también conocido como Longan (primo hermano del Lychee), es un antiguo secreto chino del que se dice aumenta la resistencia sexual y facilita unos increíbles orgasmos. También se dice del mismo que da vitalidad al corazón, brillo a la piel, resplandor a la mirada y calma los nervios. Para los que pensaban que un Gin Tonic sólo tenía virtudes digestivas y en origen medicinales, aquí tenéis a Bulldog añadiéndole ventajas a su consumo (moderado).
Ojo de dragón
Amapola
Hojas de Loto
Limón
Almendra
Casia
Lavanda
Raíz de Florencia
Regaliz
Angélica
Cilantro
Enebro
Amapola y hojas de Loto son otros dos botánicos particulares de esta ginebra: la amapola tiene pequeñas y suaves virtudes sedantes y las hojas de loto, según la medicina tradicional china, vigorizan la sangre.
Presentación:
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Poco queda por decir de su esmerada presentación, puede no gustar por agresiva a algunas personas, pero desde luego no deja a nadie indiferente. En botella negra que oculta su transparencia, ancha de hombros y serigrafiada en blanco para no romper su elegancia. Tapón grande y sobre todo cuello con collar. Silueta inconfundible.
Nota: Es menos translúcida de lo que aparenta en las imágenes.
Precio:
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En torno a los 22 Euros la botella de 70 cl.
Graduación: 40,0 % Vol.
Sabor:
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Fresca y cítrica, con un punto de alcohol justo. En boca seca y suave con un final algo dulce y floral.
Preparación:
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Una de las mejores ginebras para combinar, no con botánicos extraños pero sí con los cítricos de toda la vida. Podemos realizar desde el más clásico Gin Tonic al cocktail más elaborado. Se defiende perfectamente en todos los ámbitos, incluso, para los más valientes, con sólo un poco de hielo y un trozo de lima.
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