Es un licor de origen escocés basado principalmente de whisky, miel, hierbas aromáticas y especias (comúnmente azafrán y nuez moscada). Posee un tono amarillo y ámbar brillante con aromas que recuerdan al regaliz y a la miel. Con 40º de alcohol se sirve solo, en cócteles o se utiliza en la preparación de distintos platos y postres.
Actualmente, el drambuie tradicional se produce en la localidad de Kirkliston, a las afueras de Edimburgo. Se elabora con una combinación de whiskies, ya sean de un solo tipo de cebada (single-malt whiskies) o mezclando distintos tipos de este cereal. Hay que destacar que el drambuie es uno de los pocos licores en el mundo que no precisa añadir alcohol en su composición.
El proceso de elaboración tradicional comienza en barriles de madera que contienen una mezcla específica de whiskys escoceses, generalmente de malta y envejecidos entre 15 y 17 años. En una segunda etapa se añade la miel, normalmente de brezo. En una última etapa, se añade la mezcla secreta de hierbas y especias de la familia McKinnon. El proceso de producción termina con la filtración de las impurezas que las hierbas y especias han dejado en el licor y con el posterior embotellado.
Las hierbas y la miel que participan en su elaboración, le conceden un carácter especiado, condimentado sin recrearse demasiado en lo dulce. Este licor cuenta también con una versión a la crema, también muy popular, que se consume normalmente como añadido a un helado de vainilla o sobre fresas o con crema chantilly.
La receta actual está custodiada por la familia McKinnon.
Se puede servir solo, en cócteles y en cremas para postres o repostería, siendo estas últimas un plato tradicional en la cocina escocesa.
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